Etiquetas
Hace unos días, mi padre hablaba con un amigo mientras comíamos; le comentaba que el cabello de ángel es un tipo de calabaza, y que a él le gustaba mucho. Yo lo observaba con cara de extrañada…ya que los dulces no son exactamente lo que más lo emociona. De repente se giró y empezó a contarme lo que le estaba contando a su amigo. No se exactamente qué cara puse, pero el creyó necesario dejarme claro que le gustaban los dulces con cabello de ángel. Me repitió varias veces que le gustaban mucho, que de verdad, de verdad le gustaban mucho.
La semana pasada el pobrecillo se puso enfermo, con un lumbago que lo traía doblado de dolor; por eso el sábado antes de ir a casa a visitarlos, decidí comprar un bote de cabello de ángel y un par de láminas de hojaldre (que también le gusta mucho y que es el complemento ideal de cualquier postre), para mimarlo un poco. Con una de las placas hice pañuelos y con otra una trenza. El resultado me quedó un poquito tostado, por la complicación que supone usar el horno de gas butano. Tanto a mi padre como a toda la familia nos encantó este dulce. Otro postre simple, rápido y exquisito para añadir a la colección.